El éxito de la holandesa SMG en la producción de fertilizante
Con la historia de éxito de Stichting Mestverwerking Gelderland volvemos a Holanda, allí donde los molinos son los protagonistas y las extensiones de terreno son infinitas y vírgenes. Volvemos atrás en el tiempo, precisamente, a los años 70, cuando las granjas descargaban el estiércol en los campos. Esto conllevaba la contaminación de los arroyos y pequeños torrentes de agua, por lo que la Agencia Holandesa del Agua tomó la iniciativa de construir un sistema específico de tratamiento.
A este le siguieron pronto los sistemas de tratamiento de Elspeet y Putten. A principios de los años 90 se hizo el de Ede y, en 1994, SMG construyó el sistema de Stroe. Mientras se abandonaban diferentes iniciativas en el campo por problemas financieros y con los permisos, los sistemas de SMG demostraron ser rentables.
«El contenido de materia seca del estiércol prácticamente se duplicó con el paso de los años, del 1,8 pasó al 3,5 por ciento, lo que hace que cada vez sea más difícil tratarlo» explica Wim van Omme, director de la planta. «Debido a esto, en 2015, la capacidad del sistema de tratamiento de Stroe era capaz de tratar solamente 160.000 toneladas de estiércol. Por este motivo, decidimos invertir 1,5 millones de euros en el nuevo sistema de KGBI Stroe con sede en Veluwe, comprando un nuevo depósito de presedimentación, un decantador centrífugo Pieralisi modelo MAMMOTH 3 y un depósito de almacenamiento de líquido. Para 2017, continúa el director, esperamos que el nuevo sistema, completado en el último trimestre de 2015, sea capaz de procesar 190.000 toneladas. La capacidad es de nada menos que 210.000 toneladas para futuras ampliaciones, lo que supone una aportación significativa para KGBI Stroe por lo que respecta al tratamiento del estiércol sobrante».
Con esta forma de tratamiento SMG garantiza a las explotaciones ganaderas el respeto de los requisitos del gobierno holandés según los cuales tienen la obligación de tratar y exportar una parte de su estiércol. En ninguna otra parte que no sea Holanda existe un tratamiento de presedimentación, eliminación del agua y purificación biológica de este tipo, donde no solo se suministran productos reutilizables, sino que también comporta una reducción del impacto medioambiental. «La reducción del amoniaco alcanza hasta el 98 por ciento, convirtiendo el amoniaco en gas nitrógeno. El agua que queda tras el tratamiento la descargamos en el alcantarillado» explica Van Omme.
De esta reducción se deriva una clara mejora de la eficiencia en términos de respeto al medio ambiente y la calidad de los abonos.
Hoy en día, teniendo presente que la mayoría de los procesos están automatizados, se trabaja de forma continua y se tardan unas dos semanas en poder completar un producto reutilizable. El reabastecimiento se efectúa con camiones cisterna en los que se hacen unas 110 cargas a la semana. El estiércol de vaca llega a un tanque de presedimentación con una capacidad de unos 1100 m3. El material de descarga se deposita durante la noche y pasa al tanque de almacenamiento de aguas residuales con una capacidad de 4000 m3. Esa misma noche, la parte depositada se bombea al tanque de sedimentos y, acto seguido, se deshidrata en el decantador centrífugo MAMMOTH 3 Pieralisi.
Esta inversión llega tras detectarse la necesidad de mejorar el proceso de tratamiento del fertilizante bovino y gracias a la nueva maquinaria se ha podido generar desde el principio un estiércol natural de la máxima calidad. «En 1500 horas de actividad no hemos tenido ni siquiera un incidente», concluye con satisfacción el director Van Omme.
Pieralisi, por su parte, declara su satisfacción y el orgullo que siente de ser de nuevo protagonista de un excelente proceso de modernización y de una historia de vanguardia y éxito.